miércoles, 26 de enero de 2011

El pacto de la discordia

Gonzales Sinde. Foto: blogs.elcorreo.com
B.IRU PÉREZ: El 1 de Abril de 2008 comenzaba en España la 2º legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del gobierno español. Una etapa marcada por la profunda crisis económica que sufre la sociedad occidental y, poniendo la mirada en la política interna, por la imposibilidad de alcanzar acuerdos en el congreso o el senado, al menos entre las dos grandes fuerzas. Una tendencia que cambió el pasado día 24, y no es que haya acabado la crisis, es que PP y PSOE han conseguido llegar a su primer acuerdo político de los últimos 3 años, aprobar “Ley Sinde”.


En estos tres años los dos grandes partidos han sido incapaces de llegar a acuerdos para sacar presupuestos generales, siempre aprobados por la mínima, o para legislar en una reforma laboral necesaria para ambos. Sin embargo, si han conseguido acercar posturas para sacar adelante una de las leyes más polémicas de la legislatura, y quizás también una de las menos aceptada socialmente. La ley promovida por Gonzales Sinde que dará competencia al gobierno para censurar y cerrar páginas web que permitan la descarga gratuita de archivos.

Ante este pacto, y lo que parece la certeza de que la Ley será aprobada, las protestas, las cuales se han hecho oír desde que se anunciaran las intenciones de la ministra de cultura en materia de descargas, han vuelto a inundar la red y se han extendido incluso más allá de los límites de la pantalla. La dimisión de Alex de la Iglesia, presidente de la Academia de cine, por disconformidad con la ley y que se hará efectiva tras la gala de los Goya , es para muchos un reflejo del gran rechazo que provoca esta nueva legislación entre los usuarios de internet.

Grandes o pequeñas las protestas parece que, a priori, el acceso gratuito a contenidos tales como series películas o música desde España será mucho más complicado. La pregunta de quien les escribe es ¿Realmente favorece a la cultura dificultar el acceso a ella? En mi opinión podría tratarse de una de las leyes menos democráticas de la democracia, y todo ello a pesar de que ha conseguido lo que no han conseguido más de 4 millones de desempleados… unir a los dos grandes partidos.

domingo, 16 de enero de 2011

El fútbol del escaño

B.IRU PÉREZ: Este fin de semana se disputará en el Heliodoro Rodríguez López el clásico del fútbol canario entre C.D Tenerife y U.D Las Palmas, sin embargo, aunque la situación de ambos equipos es dramática y se espera un partido de infarto, el interés mediático general se fija en algo que no tiene nada que ver con lo deportivo. La controvertida decisión del gobierno de Canarias de declarar el derbi “de interés general” vuelve a traer al frente la guerra de derechos televisivos.

Imagen del último derbi. Foto: Marca.com
 La retrasmisión del encuentro había sido contratada por Audiovisual Sport a principios de temporada, algo que no ha impedido que hace varias semanas el ejecutivo de Paulino Rivero tomara una decisión apelando a “factores territoriales” y al gran interés del público, que no ha tardado en recibir duros reproches desde miembros de Canal +, cadena que tiene contratado el choque y que también tubo que compartir el derbi de 2009.


La LFP no ha tardado en pronunciarse para dejar claro que: “el ejecutivo canario no tiene potestad para declarar el derbi de interés general”, y es que la ley aprobada en 2008 por el gobierno de Rivero que permitía nombrar acontecimientos deportivos como “de interés general” quedó carente de validez desde el comienzo de este año. Esto se debe a la nueva ley general de comunicación, que únicamente autoriza a La Liga a declarar con este rango los partidos.

Lo cierto es que, a pesar de las declaraciones de la LFP y Audiovisual Sport, aún no se sabe si el clásico canario se podrá ver en abierto en la autonómica o únicamente en Canal +,. El gobierno del archipiélago no parece haber dado marcha atrás en una decisión que, para algunos, tiene como único objetivo el de sacar rédito político en las ya cercanas elecciones autonómicas. Algo con lo que se demuestra una vez más que también en los escaños hay se toman decisiones futbolísticas.