lunes, 12 de septiembre de 2011

La Graciosa, una isla para descubrir


Vistas de Montaña clara desde el norte de La Graciosa
Lanzarote es un ejemplo de la masificación turística que ha vivido el archipiélago canario en las últimas décadas, sin embargo, el polo opuesto a los grandes complejos hoteleros  y a las multitudes habita a menos de un kilometro de la isla de los volcanes. La Graciosa, isla dependiente administrativamente del ayuntamiento de Teguise, se encuentra a tan solo 20 minutos en barco del norte lanzaroteño y aparece como un paraíso para el amante de la tranquilidad. Un pequeño islote casi virgen que hará las delicias del que quiera alejarse de las zonas turísticas y disfrutar la verdadera esencia de la playa.

A la llegada a Caleta de Sebo, única población de graciosera y con alrededor de 600 habitantes, desaparece el ruido a motor, y es que los únicos automóviles a los que se permite recorrer sus calles de arena es a unos pocos todoterreno que hacen la labor de transporte turístico. Desaparece el sonido a turismo desbocado, apenas dos docenas de apartamentos, una pequeña pensión y un camping es todo lo que encontrará el visitante para alojarse, provocando esto que no se encuentre en la isla una sola playa superpoblada.

Playa del salado, al sur, con la marea llena
Al salir de Caleta de Sebo solo se podrá encontrar rastro de la huella del hombre en Pedro Barba, un complejo de apartamentos en miniatura al norte, y en las carreteras de tierra que atraviesan los desiertos parajes de la isla y que permiten recorrerla fácilmente, ya sea caminando o subidos a una bicicleta. Se hace recorrerla fundamental para que una visita a la graciosa sea completa, menos de una hora en bici de punta a punta permitirán descubrir el preciosismo de las playas del norte, solo comparables a las promesas paradisiacas del Pacífico y el Caribe, y la tranquilidad de las aguas del sur, siendo autenticas piscinas naturales de aguas turquesa.

En definitiva, La Graciosa emerge como la escapatoria perfecta a la playa conocida, a no tener sitio para tener la toalla. No encontraremos más establecimientos que varios restaurantes, un pequeño supermercado y una “minidiscoteca”, sin embargo la oferta de ocio para aquel que no necesite de las aglomeraciones es igual de amplia que en una gran urbe. Desde la paz de sus playas hasta el submarinismo, el piragüismo o cualquier tipo de recreación acuática, teniendo siempre Lanzarote a 20 minutos La Graciosa se presta más que a ser visitada, a ser descubierta.

Vistas del litoral oeste de la Isla y la playa de las conchas
Fotos: B.Iru Pérez